sábado, 12 de setiembre de 2009

El reconocimiento que le faltaba

El jugador más grande de todos los tiempos del básquetbol profesional de la NBA, Michael Jordan, vivió el viernes un sueño al entrar a formar parte del Salón de la Fama como cabeza principal de la Clase del 2009.

Jordan, que como profesional lo consiguió todo tanto a nivel de equipo, seis títulos de liga, dos medallas de oro olímpicas, como individual, recibió el último gran honor que lo inmortalizará para siempre.

"Todo comenzó con un pequeño balón y estoy convencido de que si no hubiese existido esa realidad, seguro que muchos de nosotros hubiésemos tenido problemas en la vida, de ahí todo lo que significa el juego", declaró Jordan en la rueda de prenda ofrecida por los que esta noche fueron introducidos de manera oficial.

A pesar de no haber sio el único jugador homenajeado, la figura de Jordan fue calificada de "excepcional" y "unica".

De ahí que cuando salió al estrado, con lágrimas en los ojos, todos los asistentes se pusiesen de pie para darle una gran ovación, y luego dejar que volviese a ser el mismo Jordan de siempre, imparable, espontáneo y ganador.


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