La primera vez que me lo preguntaron, inmediatamente respondí: futbolista. Han pasado 11 años desde que me hicieron esa pregunta y como lo pueden imaginar nunca cumpli mi sueño.
Tengo 19 años, estudio Comunicación, vivo en Perú y sobre todo soy mujer. Fórmula mágica para que todas las personas que me conocen piensen que lo que ahora quiero ser: periodista deportivo, nunca se hará realidad. Se que mis posibilidades de hacer realidad mi nuevo sueño son mínimas; pero mayor es el miedo a no intentarlo.
La inseguridad la llevo en la piel, tanto como para creer que nunca trabajaré en lo que, por ahora, más amo. Me moriría si alguna vez publican una nota o crítica mía en ESPN, y volvería a morir una infinidad de veces si algún día me convierto en una periodista respetada y cubriera los eventos deportivos más importantes del mundo.
El sólo pensar que alguna vez podría ser enviada especial en la inauguración de las Olimpiadas o en un Mundial de Fútbol me pone la piel de gallina. Desde pequeña soñé con llevar la bandera de mi pais en la inauguración de un mundial de fútbol femenino, pero ahora tengo la posibilidad de estar del otro lado.
Detesto no confiar me mi, no darme cuenta que mis verdaderos amigos esperan grandes cosas de mi. Se que tengo el potencial, debo creer y hacer. Lo que más me defraudaría es que nunca haga el intento.
Espero que cuando tenga 40 años sienta que mi vida valió la pena; pero sobre todo espero no defraudar a esa niña de 6 años a la que le preguntaron por primera vez qué quería ser cuando sea grande y que contestó de corazón: quiero ser futbolista.
Tal vez nunca cumplí ese sueño, profesionalmente; pero si esto empecinada a cumplir el otro sueño de esa niña: ser feliz y amar tanto lo que hace que haya valido la pena pasar por todo ha vivido y lo que le falta vivir.
Espero que algún día pueda transmitir esa pasión que aún siento y sentiré por los deportes cuando reporte mis primeras olimpiadas...de verdad eso espero.
"Elogio de la lectura y la ficción" - MVLL
Hace 13 años.
